—¡Tanto tiempo sin verte! Parece que sigues viviendo bastante bien. —dijo Sergio mientras miraba su mechero de metal. La llama roja y azul se reflejaba en sus ojos negros, y su estado emocional era muy incomprensible.
El ascensor ya estaba en el piso doce y pronto llegarían. Noah presionó el botón para bajar y preguntó:
—¿Lo conoces?
—Lo conozco, pero no somos cercanos. —respondió Luna mientras bajaba la mirada y seguía a Noah hacia el ascensor.
Luis se rio a carcajadas y le dijo:
—Sergio, Luna simplemente te está ignorando.
Bruno golpeó el hombro de Sergio y se dirigió directamente a la sala sin decir nada en absoluto.
Sergio sonrió maliciosamente y cerró la tapa del encendedor.
—Una desagradecida.
La sala del piso diez estaba llena de gente. Había fuegos artificiales, globos, pastel, velas y todo lo necesario para una hermosa fiesta de cumpleaños.
Originalmente, la fiesta de cumpleaños estaba programada para la noche, pero debido a que Andrés, tenía que viajar al extranjero para expa