Jack toma las manos de Liz y ambos se dirigen a la hidromasaje. Sentados, él aprovecha para hacerle un masaje en la espalda. Pasan unas horas mientras beben casi una botella entera de champán. Liz está algo alegre, pues no tolera mucho el alcohol. Ríe mucho, más desinhibida, mientras Jack sigue besándola. El ambiente se caldea, y Jack no puede resistirse a Liz, que está más relajada. Al ver su miembro erecto de nuevo, ella lo toma con las manos, haciendo movimientos de vaivén, provocando gemidos roncos en Jack mientras cierra los ojos. Liz se arrodilla frente a él, pasando la lengua suavemente por toda su extensión, haciendo que Jack eche la cabeza hacia atrás con un gemido grave. No esperaba ese gesto de Liz. Ella sostiene su miembro, mirándolo a los ojos.
—No sé cómo hacer esto, ¿me enseñas? —pregunta. Jack asiente.
—Puedes chupar, lamer, hacer lo que quieras, solo no uses los dientes. Hazlo como quieras, ¡soy todo tuyo! —Ella sonríe ante su comentario.
Liz baja la boca, humedeciend