Liz lo mira con curiosidad, sin esperar que estuviera listo de nuevo para otra ola de placer y lujuria. De nuevo, la coloca de espaldas, poniéndola a cuatro patas e invadiéndola con algunas embestidas. Liz gime; está completamente húmeda y lista para él. Las manos de Jack se posan en la curva de su cintura, sujetándola con firmeza, mientras da más embestidas. Luego, lleva una mano a sus nalgas, abriéndolas aún más para penetrarla más profundamente. Liz está completamente aturdida, pues nunca había sentido tantas sensaciones. Gime con intensidad mientras él se mueve, haciendo que su miembro encaje perfectamente dentro de ella, rotando cada vez más. Ella gime más alto al sentirlo completamente dentro. Él embiste y sujeta sus muslos. Liz eleva aún más las nalgas para que pueda ir lo más profundo posible.
—Qué rica eres, amor. Me estoy volviendo adicto a ti. ¡Muévete para mí, vamos, delicia! —susurra en su oído.
Su miembro entra y sale con tanta facilidad y rapidez con cada movimiento que