Liz y Jack suben juntos al coche, y Jack toma el camino para llevarla a casa. En el trayecto, decide preguntarle algo que lleva tiempo queriendo saber, pero que, por vergüenza o miedo de invadir su intimidad, no se había atrevido a mencionar. Ahora que están a solo dos días de casarse, siente que es el momento. La mira rápidamente, volviendo la vista a la carretera, y se decide a hablar:
—Amor, hace tiempo que quería preguntarte algo, pero no me sentía del todo cómodo para hacerlo. Ahora que nos casaremos en dos días, creo que no debería haber secretos entre nosotros. Quiero preguntarte algo, pero si no te sientes cómoda respondiendo ahora, no hay problema. Es solo curiosidad, algo que lleva tiempo rondándome la cabeza. Si te molesta, dímelo y no volveré a tocar el tema, ¿vale? —Jack la mira por el retrovisor.
—Está bien, querido —responde Liz con una sonrisa—. Estoy totalmente de acuerdo contigo. No debemos ocultarnos nada, ya que queremos ser una pareja y que nuestro matrimonio func