Liz se despide de Eva, agradeciéndole por todo, y se dirige a la sala de Jack. Al llegar, entra y coloca la caja sobre la mesa mientras observa su reacción.
—¿Qué es esto, amor? —pregunta, mirándola con curiosidad—. Todavía no es mi cumpleaños. ¿Te habrás confundido, querida? —dice, tomando la caja mientras la examina.
—Ay, querido, no hace falta que sea tu cumpleaños para darte un regalo, ¿verdad? Quiero que la abras y me digas qué te parece. Vamos, estoy ansiosa por saberlo.
Jack abre la caja y, al ver su contenido, se sorprende y no entiende al principio qué está pasando. Mira dentro de la caja, luego a Liz, y vuelve a mirar la caja. Tras unos minutos, ve la tira del test de embarazo y entonces comienza a comprender, con una sonrisa instantánea en el rostro. Se levanta de la mesa y se acerca a ella para abrazarla.
—¡Es eso, querida! No lo puedo creer, Dios mío, es la mejor noticia que me das —dice mientras la abraza y la hace girar en el aire—. ¿Cuándo lo descubriste? ¿Por qué no m