—Hola, mamá. Sé que solo quieres lo mejor para mí. No te preocupes, sé muy bien que te fuiste por Lis, porque está tan enfadada contigo. Te pido que la disculpes. Sabes que no está bien y que ha cambiado radicalmente. Mi esposa ya no parece la misma de antes, después de todo lo que ha pasado. Estamos avanzando paso a paso. Está un poco mejor, pero sigue muy encerrada en su mundo. A veces, quisiera intentar que se abriera más conmigo, para que tal vez mejorara más rápido, pero sigue muy cerrada, mamá. Ya no sé qué más hacer para ayudarla. Lo intento todo, pero últimamente ni salir conmigo quiere, aunque hago todo lo posible.
—Ay, hijo. Lamentablemente, aún pasarás un tiempo así. Sabes muy bien que la depresión no se cura rápidamente, y menos una depresión posparto. Por lo que me cuentas, ella ha progresado bastante, y eso es un avance en su caso. Pero sabes que todo es a pasos lentos y que mejorará poco a poco. Sigue haciendo lo que estás haciendo, porque realmente está teniendo un bue