Ani sin esperar respuesta alguna vertía el café en la taza de Naomi, se apresuró a recoger la loza, sería para ella mejor dejar todo organizado. Las cosas no darían cambios por si solas, ella estaba dispuesta a todos los cambios necesarios, allí afuera había un mundo abierto esperándola para conocerlo.
-Ani, necesitaría un pequeño favor, pasar por la tintorería de Rosy y buscarme el vestido-.
-Pues esta vez tendrás que organizar tu horario, yo tengo una salida, y no pienso llegar tarde, Eres adulta y deberás asumir tus cosas, algún día linda, no estaré, o me casaré, así que empieza por tomar tus tareas y hacerlas-.
-Eres muy soberbia ¿Quién rayos te crees? -.
-Tu hermana, eso me lo he creído siempre, pero no tu mucama, ni tu ama de llaves, precisamente es esa parte la que no me creo-.
-Bien como quieras Ani… presuntuosa que alguien bueno se fijará en ti, tu destino es lavar platos, hacer una que otra cosa buena para cenar, no eres nadie-. Soltaba la risa con aquel sarcasmo tan abundan