Punto de vista de Serena

"¿Calvin?" Lo llamé, notando su repentino cambio de actitud. Parecía haberse quedado ausente, perdido en sus pensamientos. "¿Todo bien?" Le pregunté.

Calvin salió de su trance, parpadeando varias veces como si regresara de un lugar lejano. "Sí, no te preocupes", dijo, con un tono algo distante. "Soy tu amigo. Haría cualquier cosa por apoyarte".

Los platillos arribaron mientras mi estómago anticipaba con ansia el festín. El mesero depositó ante mí los espaguetis a la carbonara, cuyo exquisito aroma despertó mis sentidos. Frente a Calvin, la lasaña descansaba tentadora con sus generosas capas, acompañada de una canasta rebosante de ensalada fresca y crujientes palitos de pan recién horneados.

Abordé mis espaguetis con apetito voraz, saboreando cada bocado como si fuera lo mejor que hubiera probado jamás. "Vaya, está rico", murmuré entre sorbo y sorbo, con los ojos cerrados de placer.

"De verdad estás disfrutando tu comida", comentó Calvin con una sonrisa jugueton