Punto de vista de Serena
Colín estaba boca abajo, moviendo sus piernitas mientras gateaba de un juguete a otro, tratando de agarrar todo lo que alcanzaba. Era una escena tan bonita que me llenaba de una calidez que no sabía que me había estado faltando.
Bill y yo estábamos en el suelo con él, viendo cómo balbuceaba en su propia lengua, agarrando bloques y peluches como si fueran lo más interesante del mundo. De vez en cuando nos miraba con esos ojos grandes y curiosos, y cada vez que lo hacía sentía que el corazón se me llenaba de amor.
—Míralo ir—dijo Bill, riendo cuando Colín se arrastraba hacia su juguete favorito, un león de peluche suave que le encantaba—. Parece un pequeño aventurero.
—Sí, el rey Colín, revisando su reino—dije sonriendo cuando agarró el león y enseguida se puso a morder una de sus patitas. Le acaricié su cabecita—. Seguro que está planeando cómo conquistar el mundo.
Colín hizo un gorjeo, moviendo las piernas, y tanto Bill como yo nos reímos, contagiados de su al