Punto de vista de Serena
Respiré hondo, tratando de mantenerme la calma, pero antes de que pudiera preguntarle algo más, Mateo habló.
—Serena, te amo —su voz era suave, pero el peso de esas palabras era abrumador. Me miraba directamente como si hubiera esperado toda una vida para decirlo—. No te lo dije antes porque... bueno, nunca pensé que tendría oportunidad. Pero cuando mi padre empezó a amenazarme, diciendo que te lastimaría para llegar a mí... no podía arriesgarme. Tenía que hacer algo. No podía quedarme de brazos cruzados.
Me costaba procesar sus palabras. —Mateo... no sé qué decir.
Asintió, mirando al suelo como si sintiera vergüenza.
—Lo sé. Suena loco. Probablemente lo sea. Pero mi padre... es peligroso, Serena. No es como nosotros. Si no intervenía, habría ido por ti. —Hizo una pausa, pasándose una mano por el cabello, su rostro una mezcla de cansancio y determinación—. Así que me involucré. Pensé que valdría la pena si significaba mantenerte a salvo.
Me quedé sin palabras,