Punto de vista de Serena
El mensaje de Mateo llegó a mi celular y algo en él me hizo detenerme en seco. Sus palabras transmitían urgencia, como si necesitara verme inmediatamente, sin preguntas. No sabía qué quería decirme, pero la forma en que lo escribió, breve, casi desesperado, no me dejaba opción a negarme.
"¿Podemos vernos en un lugar tranquilo? Solo nosotros. Te lo explicaré todo."
Releí el mensaje varias veces, sintiendo un pinchazo de preocupación que no podía ignorar. Esto era serio. Mateo no era de enviar mensajes crípticos sin razón, y aunque no sabía en qué me estaba metiendo, sabía que debía ir. Tomé mi chaqueta, le respondí que sí rápidamente y salí.
El lugar que eligió estaba alejado del bullicio de la ciudad, un parque pequeño, vacío y silencioso, con árboles altos bordeando el camino. El aire se sentía tenso, como si guardara un secreto. Lo vi parado junto a un banco, los hombros tensos, las manos metidas en los bolsillos. Miraba a su alrededor como si esperara que a