Punto de vista de Serena
El sol se ponía sobre Rodeo Drive, proyectando una suave luz dorada sobre las elegantes tiendas de lujo.
Mateo caminaba a mi lado, con una presencia relajada, por lo que no pude evitar disfrutar de ese cambio de ritmo. La energía de Rodeo era diferente a la intensidad de anoche. Resultaba fácil perderse en el ritmo de la calle, con la gente bullendo a nuestro alrededor, absorta en sus propios mundos. Mientras paseábamos frente a una tienda de lujo tras otra, Mateo me miró de reojo, con un brillo juguetón en los ojos.
—¿Sabes? —Pregunté, rompiendo el cómodo silencio—. No te he agradecido apropiadamente por comprar todo en nuestro puesto.
Sonrió ampliamente. —No tienes necesidad de agradecerme, todo era hermoso.
—No, en serio. —Insistí, sonriendo—. Nos conseguiste un premio. Colina y yo nos ganamos un día con uno de los mejores joyeros de París. No lo habríamos logrado sin que aparecieras y compraras todo.
—Me alegra haber podido ayudar. —Respondió con naturalida