Punto de vista de Serena
Me aparté del abrazo de Bill, con el corazón acelerado.
No podía creerlo; mi amigo de la infancia, aquel que pensé que había perdido para siempre, estaba justo frente a mí.
—Esto es una locura —dije, alejándome un poco y mirando hacia arriba—. ¿Tienes alguna foto de cuando eras niño? Necesito ver si realmente eres tú.
Bill asintió, con una pequeña sonrisa dibujándose en sus labios. —Sí, de hecho tengo una conmigo.
Metió la mano en su bolsillo para sacar una vieja y desgastada fotografía. Me la entregó, y la tomé con manos temblorosas.
—Este soy yo a los 8 años. —Dijo suavemente.
Contemplé la foto con los ojos muy abiertos. El niño en la imagen tenía los mismos ojos, la misma sonrisa que recordaba tan bien. Era inconfundible.
Las lágrimas se acumularon en mis ojos mientras volvía a mirar a Bill, con mis dudas desvaneciéndose.
—De verdad eres tú—susurré—. No puedo creerlo., después de todos estos años...
Bill soltó una suave risa, tratando de aligerar el ambiente