Punto de vista de Bill
Mis dedos tamborileaban con un ritmo constante sobre la superficie pulida de la mesa de conferencias. La reunión de accionistas estaba a solo días de distancia y, con uno de mis principales inversores considerando vender sus acciones, mi posición como director ejecutivo de REG corría peligro, por lo que esta presentación tenía que ser impecable.
Mi mente se sentía nublada. Sabía lo que necesitaba decir, pero las palabras no lograban conectarse y me quedé mirando la pantalla en blanco. Mierda, no podía tener un bloqueo mental justo ahora cuando el tiempo corría.
Sarah entró en la sala con el ceño fruncido y los labios apretados en una fina línea mientras me veía sacudir la cabeza. Detrás de ella venía Kevin, su nuevo protegido, quien sujetaba una memoria USB en una mano, intentando ocultar el temblor de sus dedos.
—Bill, necesitas un descanso —dijo Sarah—. Has estado mirando esa pantalla demasiado tiempo.
Suspiré. —Lo sé, Sarah, pero no puedo permitirme un descans