— Estás muy golpeada, Audrey, será mejor que te lleve al hospital para curar eso — Connor dijo, observando los profundos raspones de los brazos y piernas de la joven.
— No creo que sea necesario, puedo limpiar estas heridas en casa yo misma — No quería ser una molestia.
Connor la miró con firmeza y le recordó sus propias palabras:
— Terminarás dejando residuos, y luego se infectará — Respondió de la misma manera como ella lo había hecho la noche anterior.
— Está bien — Dijo rindiéndose muy pronto — No tengo argumentos contra eso…
Connor la ayudó a llegar cojeando a su auto y luego la subió en el puesto delantero, acomodando a Oliver atrás. Condujo hasta el hospital, que estaba a unas pocas calles, y entrando en urgencias buscó a las enfermeras de turno.
— Doctor Evans, ¿Qué hace aquí a esta hora? — Alguien preguntó.
— Hemos tenido un accidente, y Audrey está lastimada, ¿Puede traerme gasas y alcohol para limpiar sus heridas?
— De inmediato, Doctor, pero si gusta, yo puedo hacerlo, es