Sanders acababa de darle a Bethany la noticia sobre “su decisión” de que una enfermera calificada cuidara de Connor en la mansión, y la mujer había aceptado con un ligero movimiento de cabeza y una falsa sonrisa. Pero por dentro sabía que había gato encerrado. Todavía no decidía si la paliducha de Audrey era un verdadero peligro para ella en sus planes con Connor, o si solo debía ocuparse y preocuparse por la pelirroja.
Sin embargo, el pacto con Jhon ya estaba sobre ruedas, y fuera que Audrey estuviera en serio involucrada con Connor o no, igual el fortachón descerebrado de su ex novio sería un buen aliado.
— Creo que por ahora no hay mucho que yo pueda hacer aquí, ¿No es así? — ella comentó con ánimos de escabullirse, odiaba los hospitales y más tener que cuidar de un enfermo.
Las otras tres mujeres se miraron entre sí,