El grito del explorador resonó en el claro como un trueno, silenciando los murmullos de los lobos reunidos. Eldric, de pie en el centro del campamento, giró hacia el mensajero con una mirada que podía cortar piedra. Ryan sintió un escalofrío recorrer su espalda, el peso de la situación cayendo sobre él como una losa. La captura de un traidor significaba que la rebelión de Kael, apenas en sus primeras etapas, estaba a punto de ser expuesta. Y si eso sucedía, él, Tiberius y Lyanna podían quedar atrapados en un conflicto que no estaban preparados para enfrentar.

“¿Quién es el traidor?” gruñó Eldric, su voz cargada de autoridad. Los lobos a su alrededor se tensaron, sus ojos recorriendo el campamento en busca de cualquier señal de culpabilidad.

El explorador, un joven lobo con el rostro cubierto de sudor y polvo, tragó saliva antes de responder