Quando Rain é designada para trabalhar com Willian Myers, o filho do Prefeito, ela não imagina que suas interações profissionais a levarão a um caminho de tensão sexual e emocional. Desde o primeiro encontro, o magnetismo entre eles é inegável, mas ela não está disposta a ceder facilmente. No entanto, quando a atração se transforma em algo mais, ela se vê dividida entre o desejo e a necessidade de manter sua independência. Uma narrativa envolvente sobre os limites entre atração e autocontrole, onde escolhas difíceis e erros do passado moldam o presente e os destinos dos envolvidos. A luta interna de Rain e a jornada de Willian para redimir-se serão testadas em um jogo de sedução e descobertas.
Ler maisElizabeth Miller.
— ¡No te voy a durar toda la vida!, debes aprender a hacer las cosas por ti misma. — Me regaña mi madre en la cocina de la mansión donde ella trabaja como niñera, mientras yo limpio en silencio un jugo que se me derramo en la mesa de la cocina, pero cuando me da la espalda hago morisquetas imitándola, es muy amargadaNo digo nada, ¡si le respondo es peor!, mi madre suele ser muy obstinada, desde que mi papá nos abandono— Siempre es lo mismo, si no te aplicas terminaras como yo, ¡fracasada!— Chilla, como si derramar un poco de jugo fuese una tragedia, ruedo los ojos y ella continua quejándose, mientras le sirve el jugo de nuevo al niño que ella cuida, nunca lo he visto, porque no me permiten salir del área de empleados, veo las flores del jardín a través de la ventana y me encantaría ir allí, pero lo tengo estrictamente prohibido.—Christian me sacara canas verdes.— Ladra y se va con el jugo en una bandeja, mientras termino de limpiar el desastre que hice, suelo ser distraída, después de comer comienzo a hacer mi tarea sola, mi madre debe ayudar a él tal Christian mientras yo debo hacer mi tarea solita y solo tengo ocho años.Estoy concentrada haciendo un mapa de Estados Unidos, y me sale feo y torcido, lo miro de forma reprobatoria y en ese momento escucho una risa infantil de alguien a mis espaldas— ¿De qué te ríes?— Le pregunto molesta volteando hacia el niño hasta tenerlo frente a mí, el es muy delgado y alto para tener cinco años pienso viéndolo con ojos entrecerrados.—De ese dibujo es lo más feo que he visto en mi vida. — Me dice, haciéndome boquear de la indignación, sé que está feo ¡Pero no tiene que ser tan grosero!—Mi dibujo sale feo, pero los tuyos deben estar muy lindo, porque mi madre te los tiene que hacer todos. —Lo acuso cruzándome de brazos y sacándole la lengua.— ¿Tu madre? estas loquita. — Se burla de mi y estoy tan molesta ¡porque tiene razón en una cosa!, mi dibujo es un asco, entonces camino hasta él seria y le piso el pie como venganza, para después salir corriendo, con el detrás de mi pisándome los talones, de pronto tengo tantas ganas de reír, esto en muy divertido, tanto que ni siquiera me doy cuenta ¡cuando ya estamos en el jardín corriendo entre las flores!—Me detengo solo cuando ya no puedo más y siento que no puedo respirar, me tiro agotada en una alfombra de césped tupido, es tan suave como lo imaginaba, mientras el niño también se acuesta a mi lado.—Eres muy graciosa, me gustaría ayudarte con tu dibujo, me encanta dibujar.— Me dice el acostándose de medio lado para verme a la cara, mientras yo miro el cielo, es tan azul y tiene pocas nubes hoy, me encanta el cielo azul…Pero no siempre es así.— ¿Harías eso por mi?— Le pregunto asombrada.—Claro no tengo nada mejor que hacer. — Me dice él y sonríe, siento que mi corazón se paraliza es la sonrisa más linda que he visto en mi vida.—Soy Elizabeth. —Le digo sin saber que mas decir, quede sin palabras y no se describir bien lo que estoy sintiendo en mi estomago, creo que tengo ganas de vomitar o de salir corriendo.—Mucho gusto Elizabeth soy Aron, y me gustaría mucho que fuésemos amigos. — Me dice él y desde ese instante nos hicimos inseparables.El tiene dos años más que yo y vamos a la misma escuela la mejor de la ciudad, que los padres de Aron insisten en pagar para mí, me encanta leer y escribir poesía, siempre que escribo pienso en mi mejor amigo, el es muy importante para mí.Cuando cumplo catorce años me molesto con Aron ya que no tengo muchos amigos por su culpa, cada vez que un niño se me acerca el lo amenaza y lo espanta no entiendo porque hace eso…Nos confiamos absolutamente pero tengo prohibido tocar uno de sus cuadernos, bien dicen que la curiosidad mato al gato, y no me importaría morir con tal de descubrir los secretos que guarda celoso en ese cuaderno.—Nunca pero nunca toques mi cuaderno, el día que lo toques tu mundo cambiara. — Me dice el serio viéndome a los ojosLa señora Elena Morgan es muy buena conmigo, y me deja compartir con sus hijos como si fuese una más de la familia.—Aron. — Llamo a la puerta de su habitación, está mal cerrada y cuando la toco cede, entro y no está por ningún lado, pero el cuaderno esta sobre la cama, me siento atraída como un imán, camino sigilosamente hasta la cama, mientras escucho el agua de la regadera del baño correr, me llamo los labios sé que no debo hacerlo…Pero no puedo evitarlo, es la mayor tentación que he tenido en toda mi existenciaMe siento en la cama y me debato entre respetar la privacidad de mi amigo o descubrir todo de él, pienso que no tiene nada de malo, después de todo el sabe todo sobre mi.—Mi mano parece tener vida propia, apenas abro el dichoso cuaderno me encuentro con un dibujo de mi cara, me atrevo a acariciar la nariz, pienso que no soy tan linda, el me dibujo así, quiero saber que sigue, mi amigo siempre ha tenido talento para dibujar.Me quedo sin aliento, uno tras otro son dibujos de mi en diferentes circunstancias, me quedo tan embobada viendo todo lo que él hizo, que mi corazón comienza a latir tan fuerte, como si quisiera salirse de mi pecho.—Te dije que si abrías ese cuaderno las cosas cambiarían entre nosotros. — Me dice él con una toalla en la cintura.—No sé porque tienen que cambiar, yo te quiero mucho no dejes de ser mi amigo por curiosa, le digo haciendo un puchero.— ¿Aun no te has dado cuenta verdad?— me pregunta con cara de incredulidad.—De que te estoy enamorado de ti, y que sé que te voy a amar para siempre— Me dice y yo no sabría describir con palabras todo lo que siento por él.—Para siempre es mucho tiempo. — Le digo mordiéndome los labios.—Para mí no es suficiente.— Me dice acercándose tanto a mí que no queda espacio entre los dos, me mira los labios y yo asiento dándole permiso para unir nuestros labios en un dulce beso, fue simplemente perfecto.Mais de uma semana se passou desde que contratei a equipe de segurança. No começo, todos no prédio da Prefeitura me olhavam como se eu fosse algum tipo de aberração milionária, mas agora as coisas começaram a voltar ao normal. Até mesmo Willian parou de me encarar como se esperasse alguma explicação. Ele olha, às vezes, mas não diz nada. E eu também não.O trabalho entrou em um ritmo mais controlado, e isso me permite respirar um pouco melhor. À noite, em casa, a tranquilidade deveria ser um alívio, mas não era bem assim que funcionava. A segurança extra me deixava mais confortável, mas ainda assim, havia um peso sobre mim, algo que não conseguia definir muito bem.Hoje é sexta-feira. Uma garoa fina e congelante cai lá fora, e o céu está escuro como breu. Há um segurança na frente da porta e outro monitorando as câmeras na casa da piscina. Nenhum deles está à vista, o que me faz sentir uma falsa sensação de privacidade. Uma parte de mim gosta de saber que não estou sozinha, mas outra
Fiquei sozinha em casa depois que Willian saiu, o silêncio preenchendo cada canto. Com raiva e frustrada, repeti mentalmente cada palavra dita por Nick ao telefone, como se, de alguma forma, tentar compreendê-las pudesse diminuir o impacto das ameaças."Eu estou sempre observando, borboletinha. Você é minha. Sempre foi. Melhor não deixar o playboyzinho que estava com você no sofá colocar as mãos em você de novo. Eu fui o primeiro, Rain. Sempre vou ser. Você pode fugir, mas nunca vai me escapar."As palavras queimavam dentro de mim, misturando medo, raiva e nojo. Olhei ao redor, para as janelas, para as sombras da noite que pareciam me observar. Por um instante, me senti pequena e impotente, mas me recusei a chorar. Não vou me dobrar. Nunca mais.Sempre fui forte. Sempre me basto. Não preciso da minha mãe, não preciso do Willian. Eu só preciso de mim mesma.Depois de uma noite de sono induzida por remédios, acordei com uma determinação renovada. Levantei antes mesmo do despertador toca
O silêncio entre nós era ensurdecedor. O único som na sala era o da televisão ligada em volume baixo, algo sem importância passando na tela. Mas eu não conseguia prestar atenção em nada além dela. Rain estava ao meu lado, a perna dobrada sobre o sofá, vestindo aquela camiseta grande e uma bermuda curta que deixava a pele bronzeada visível. Minhas mãos estavam ali, deslizando suavemente sobre sua coxa, sentindo o calor que emanava dela. A tensão entre nós não era mais apenas emocional. Era física. Uma energia elétrica pulsava no ar.Ela não recuou. Muito pelo contrário. Seus olhos buscaram os meus, e naquele momento eu soube que estava perdido. Havia algo em Rain que me puxava para ela como um maldito ímã. Eu nunca soube dizer o que era, mas nunca fui capaz de resistir. E ela sabia disso.Minha mão deslizou devagar até sua cintura, puxando-a levemente para mais perto. Seu peito subia e descia com a respiração acelerada, e quando minha boca roçou de leve contra a pele de seu ombro nu, u
Chegamos à minha casa em silêncio. O ar estava tenso entre mim e Willian, mas eu não sabia o que dizer. Ele ainda parecia preocupado, e eu não conseguia afastar a sensação de que as ameaças que eu estava recebendo estavam pesando sobre nós dois. Na verdade, havia muito mais peso nas minhas costas do que eu gostaria de admitir. Nós entramos pela porta da frente, e eu fui na frente, tentando não parecer nervosa. Não sabia se ele iria se sentir à vontade aqui, mas não tinha outra escolha senão deixá-lo entrar. A casa estava quieta, mas eu podia sentir o olhar dele em mim, como se estivesse tentando avaliar cada detalhe.-Quer um café? -perguntei, tentando quebrar o silêncio de uma forma que não parecesse forçada.-Sim, claro. - respondeu ele, sua voz ainda carregada de uma tensão que não sabia de onde vinha. Ele observava tudo ao redor como se estivesse buscando algo, mas não falava nada. Fui até a cozinha e comecei a preparar o café, sentindo a presença dele atrás de mim, mas sem sabe
Eu não sabia o que fazer. Não sabia o que estava acontecendo, nem por que Rain tinha entrado no meu quarto e se atirado nos meus braços daquela maneira. Eu apenas a segurei, em silêncio, sem conseguir dizer uma palavra. Eu sentia o peso de seu corpo contra o meu, sua respiração irregular e seu choro abafado, e eu não sabia o que a estava fazendo sofrer tanto. Ela estava tão frágil, tão quebrada naquele momento, e tudo o que eu podia fazer era manter as mãos firmes ao redor dela, tentando transmitir alguma segurança, algum consolo que fosse.Eu podia sentir as lágrimas dela se encharcando em minha camisa, e a cada soluço, a cada tremor, minha preocupação só aumentava. Eu queria perguntar o que havia acontecido, o que a tinha levado a esse estado, mas as palavras pareciam escapar. O que eu ia dizer para ela? Como poderia pedir explicações quando ela estava naquele estado, quando parecia que estava prestes a desmoronar completamente? O que eu podia oferecer, senão meu silêncio, e meu abr
Eu não sabia o que dizer. As palavras dele ecoavam na minha mente, mas meu corpo não respondia. Ele queria conversar, sobre o quê, eu não sabia, mas sabia que não estava pronta. Eu o vi ali, naquele momento, em frente a mim, com um olhar desesperado, como se tudo fosse simples de resolver. Mas não era. Nada sobre nós era simples. Não depois de tudo o que eu passei. Não depois de tudo. A pressão na minha mente foi intensa, e, sem conseguir falar, me virei e fui embora. Sem dar uma resposta, sem olhar para trás. Eu estava perdida, e, por mais que eu quisesse a ajuda dele, o que eu realmente precisava era de distância.A festa estava acontecendo na casa da família dele, e Melissa, a aniversariante, estava radiante. Ela estava encantada, e meu coração se derretia só de ver aquela criança tão cheia de vida, tão cheia de alegria. Eu não sabia o que fazer comigo mesma, então fiz o que sabia de melhor. Me concentrei nela. Eu não podia deixar que o caos dentro de mim estragasse a festa para a
Último capítulo