El impacto de descubrir la verdadera naturaleza de su padre dejó a Dafne en estado de shock. Necesitaría tiempo para procesar y aceptar la cruda realidad que acababa de escuchar. No quería llorar, no quería sentir la rabia y la tristeza que la inundaban, pero las lágrimas fluían sin control, como un río desbocado. Se sentía completamente aturdida por las revelaciones que había escuchado. Ahora tenía primos y un asesino persiguiéndolos.
Las emociones la abrumaban: incredulidad, decepción y, sobre todo, una profunda tristeza al saber que su padre murió víctima de los engaños y manipulaciones de su propio tío. No podía evitar pensar en el dolor y la confusión que su hermano sintió al presenciar a su padre quitarse la vida. Ahora tendría que encontrar la forma de contarle todo a su madre y, sobre todo, a Hermes.
Benjamín sintió cómo su corazón se encogía al ver a su pequeña en ese estado. En ese preciso momento, se prometió a sí mismo que sería él quien la protegería, incluso si ella no q