Mundo de ficçãoIniciar sessãoSer la hija menos querida en una familia conservadora, me dejó un profundo vacío, uno que intenté llenar con el amor de mi vida: Cristian. El inocente amor de secundaria que se convirtió en mi refugio, la luz que iluminó mi existencia y me sacó del infierno en el que vivía. Con él, mi vida adquirió un matiz hermoso, y por primera vez, fui feliz.
Pocos años después, ingresé a la universidad y comencé a labrar mi sueño de ser médico. La beca cubría la mitad de mis gastos, el resto lo solventaba con trabajos escolares que realizaba para mis compañeros y los hijos de algunas amistades. Dejar mi hogar no me dolió. Al contrario, fue como desprenderme de una carga que me sofocaba. Por más extraño que parezca, la distancia mejoró mi relación con mi madre y, por primera vez en años, sent&i







