Mundo ficciónIniciar sesiónApreté los dedos sin responder de inmediato.
—Sí. Me aterra que algo le ocurra cuando yo no esté, que no me lo diga por no preocuparme. Pero también quiero evitarle altibajos emocionales por su estado.
Estela asintió lentamente.
—Temes que se repita lo que pasó con tu madre. Lo sé —dijo con suavidad, y su suspiro parecía lleno de memoria compartida, al menos no sonaba a reproche.
Me quedé unos segundos observando cómo el vapor se desvanecía en el aire y luego levanté la cabeza con una determinación recién nacida.
—Gracias por esta conversación, Estela. Camelia está muy emocionada por regresar, por ver a los suyos, reencontrarse con sus amistades… He leído que su pueblo es hermoso y quiero cumplirle ese deseo. Como ella dijo, siempre







