Mundo ficciónIniciar sesión—Te ves tan hermosa —exclamó Adrien, tomándome fotos desde distintos ángulos.
Me había comprado una bufanda de mezcla de alpaca bebé, a rayas coloridas, en juego con un gorro y un sombrero. Sus ojos brillaron con tanto amor que enternecían mi corazón.
Agotada, afinqué mi rostro en su hombro. En mis brazos, mi adorado pingüino. Lo abracé con tantas emociones fluyendo en mi pecho… me sentía tan amada y mimada.
Así pasamos el resto del trayecto, hasta que el bus se detuvo para la cena. Aproveché para pedir algo que había deseado probar desde hacía tiempo: Chancho a la Caja China. Una cena pesada, sí, pero deliciosa.
Lo deprimente fue no poder comer ceviche ni nada que se le asemejara. Más aún cuando era un acompañante común en los platos que ped&iac







