C80- ¡QUE MALDITO DESGRACIADO ERES!
Clarissa ya estaba vestida, se había recuperado de la sorpresa inicial y ahora miraba a Rachel con un odio apenas contenido.
—¿Qué demonios haces espiando en mi habitación? —espetó cruzándose de brazos—. Lárgate de aquí.
Rachel permaneció inmóvil en la entrada, aún no lograba recuperarse de lo que había presenciado, pero lejos de sentirse avergonzada, estaba enfurecida.
—Así que así es como alimentas tu obsesión, ¿eh Clarissa? Pensando en tu propio primo. Eres repugnante.
Clarissa sonrió sin el más mínimo sentido de la vergüenza.
—¿Y qué harás? ¿Correr a contárselo a Aaron?
—No lo dudes —respondió Rachel dando un paso al frente—. Le diré exactamente en qué fantasea su querida prima. Y también le diré lo que estoy segura de que hiciste para traumatizar a su hija hasta encerrarla en el silencio.
Por un segundo, un destello de pánico genuino cruzó los ojos de Clarissa, pero aun así se mantuvo desafiante.
—Adelante —dijo encogiéndose de hombros con una