C7-¿POR QUÉ NO TIENE MAMÁ?
Aaron se quedó inmóvil y por un instante creyó haberlo imaginado. Su cerebro intentaba procesarlo, pero el corazón ya lo sabía. Esa voz… esa pequeña voz que nunca antes había escuchado, era verdad.
Leah había hablado.
Durante cinco años, su hija no había pronunciado ni una palabra. Cuando los demás niños balbuceaban sus primeras frases, Leah apenas los observaba en silencio. Y por eso Aaron había recorrido los mejores consultorios de Londres, pagando cifras absurdas a los especialistas más reconocidos y todos coincidían en el diagnóstico: mutismo selectivo, una condición de origen emocional. La niña podía hablar, pero no lo hacía. No por incapacidad, sino por miedo, ansiedad o trauma.
Nada había funcionado. Ni las terapias, ni los juegos, ni las nuevas escuelas. Y ahora, en medio de un caos absurdo, había dicho su primera palabra… y no era "papá". Era "mamá".
Tragó saliva, sintiendo cómo el pecho le ardía de la emoción. Su voz era suave, dulce y le pareció l