C38-SI TANTO QUIERES SER LA SEÑORA CARTER, TEN PACIENCIA.
C38-SI TANTO QUIERES SER LA SEÑORA CARTER, TEN PACIENCIA.
Rachel llegó al hospital con el corazón acelerado. Frente a la puerta de la habitación, respiró hondo antes de girar el pomo.
No sabía qué iba a encontrarse.
Pudo haberse negado a venir; al fin y al cabo, Jimena Carter ya no era su familia. Pero no podía hacerlo, porque durante su matrimonio con John, Jimena y su esposo habían sido los únicos que le habían dado apoyo y comprensión.
Además, la familia Carter había sido amiga de los suyos por años.
Ir era lo mínimo que podía hacer… aunque intuía que la conversación inevitable sería sobre su divorcio, John probablemente ya se lo había contado.
Empujó la puerta y entró despacio.
La habitación era blanca, silenciosa, con el leve pitido de una máquina junto a la cama y Jimena estaba allí, recostada, con su cabello gris recogido con elegancia, y a su lado el señor Carter, con expresión cansada pero amable.
Los ojos de la mujer se abrieron y, al verla, se iluminaron.
—¡Rachel, querida