El peor castigo: 3. Señor, ella está embarazada
Tres meses después…
Matías había intentado retomar el rumbo de su vida, cosa que no había logrado por completo. No había noche o día en que Emma no apareciera en sus pensamientos y ya no lo soportaba. ¿Cuándo la olvidaría? ¿Cuándo… diablos lo conseguiría?
No había vuelto a ser el mismo y eso era algo de lo que las personas que lo querían ya habían comenzado a darse cuenta.
La llamada de su amigo Cristóbal lo trajo de regreso al presente.
— Cristóbal — intentó sonar alegre.
— Sé te da fatal fingir que estás bien — le respondió este enseguida.
— No sé de qué hablas.
— Matías, te conozco, ¿recuerdas? Y ya desde hace algunos meses te noto distante. Exactamente, después de lo que te dije aquella vez. ¿Qué fue lo que pasó?
— No pasó nada.
— Matías…
En eso, su jefe de escoltas entró por la puerta.
— Me tengo que ir, ¿de acuerdo? El trabajo me llama.
— El trabajo no lo es todo. ¿Cuándo volverás a Brazil? Te echamos de menos por aquí.
— No lo sé. Te avisaré cuando llegue ese día — y colgó.
Cris