54. Tú eres mi hogar
Los días comenzaron a pasar.
Los abogados de Cristóbal estaban trabajando arduamente para que él y su mujer quedaran absueltos de semejante acusación, aunque no pudieron evitar que a Amelia se le interrogara sobre la firma y a él sobre la desorbitante cantidad de dinero a su cuenta personal. Pero, gracias a las pruebas y meticulosidad del equipo de Cristóbal, se comenzó a descubrir que todo se trataba de una trampa, cosa que el CEO ya sabía, y advirtió sobre indagar a la gente de confianza de su madre en la empresa. Sabía quiénes le eran fiel y quiénes podrían cometer tal acto en su contra con tal de venerarla.
En cuanto al juicio, después de que le dieran el alta a Cristóbal, supieron que sería hasta dentro de dos semanas, y cuando el día llegó. Cristóbal y sus abogados se fueron con todo.
— No tienes que ir, lo sabes. Te dije que puedo hablar con el juez y pedirle que…
— No — silenció Amelia a su esposo —. Quiero estar allí cuando el juez dicte su sentencia. Quiero asegurarme de que