17. ¿Fue esto una especie de venganza?
Amelia apartó las manos lejos del contacto de Cristóbal, y a pesar de lo contrariado y pésimamente mal que se encontraba, a este no le vino en gracia.
— ¿Eso… te lo hiciste ayer? — preguntó con voz profunda.
Pero Amelia negó.
— No es nada, yo…
— ¿Cómo que no es nada, Amelia? ¡Tuviste que habérmelo dicho cuando te pregunté, carajo! — gruñó, severo, pero lejos de estar molesto con ella, lo estaba consigo. Lo estaba consigo porque no soportaba saberla herida en ningún sentido.
— Estoy bien, te dije que no es nada — pero la verdad es que esa mañana despertó con un horrible resquemor en las pequeñas heridas.
— Por supuesto que lo es. Deja eso que estás haciendo.
Amelia alzó el rostro.
— Pero aún no termino.
— Terminas porque yo lo digo, así que deja eso en este preciso instante y tómate el día. Aprovéchalo para, no sé, alistarte para la gala.
— ¿La gala? No creí que yo… asistiría — musitó, confundida y asombrada.
— ¿Por qué no lo harías? Eres mi esposa y la madre de mi hijo, te lo dije, así