LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 30. Verdades al aire
LA AMANTE VIRGEN. CAPÍTULO 30. Verdades al aire
Una bomba cayendo en medio de aquel evento, habría causado mucho menos impacto que las palabras del subdirector Roman Wells. Porque cada una de ellas, y sobre todo el respeto y la deferencia con que las decía, dejaban muy en claro que Charlotte no era una invitada más, sino la dueña de aquel hotel.
Por supuesto que todos la miraron asombrados, porque habían escuchado que la compañía de Lawrence Dalton era quien estaba detrás del Country Club, así que nadie imaginaba que la dueña pudiera ser aquella mujer a la que casi nadie lograba reconciliar con la niña que habían conocido.
Blake también estaba impactado, pero si era honesto, habría sido demasiado ingenuo de parte de Charlie confiar en un hombre que ya una vez la había abandonado cuando más lo necesitaba, y si algo podía decirse de Charlotte era que ya no era una mujer ingenua.
—¡Esto tiene que ser una maldita broma! —exclamó Callie muriendo de la rabia y de la envidia porque ni en sus