CAPÍTULO 58. Entusiasmo sexual
CAPÍTULO 58. Entusiasmo sexual
Scott sentía que se le erizaba la piel cada vez que la puerta de aquella sala se abría, pero la gente entraba y salía y a él no le decían nada.
Finalmente la doctora salió y él se apresuró a alcanzarla. La mujer solo le hizo un gesto para que la siguiera y Scott entró a su consultorio privado detrás de ella.
—¡He estado a cinco minutos, a cinco minutos, señor Scott, de llamar a la policía! ¡Pero su esposa insistió en que lo que sea que le hizo fue consentido! —lo regañó la doctora.
—¡Pues claro que fue consentido! ¡Yo jamás lastimaría a mi esposa! ¡Y no le hice nada raro, solo se lo hice con más... entusiasmo!
—¡Disculpe pero es difícil de creer que un pene normal con consentimiento logre eso! —le espetó la doctora—. ¡Ábrase el pantalón!
—¿Es una jodida broma?
—¡Es eso o la policía! —le gruñó la doctora perdiendo la paciencia y Scott bufó con impotencia.
—¿¡Esta es una cosa médica, verdad!? ¿¡Eso de médico-paciente, confidencial y toda la baba, no!?
—¡Cl