CAPÍTULO 88: ¿REGALO PARA QUIEN?
Lucy terminaba de inflar el último globo mientras Isabela agarraba otro. Estaban en la sala decorada con colores vivos y globos por todas partes. Nicholas, el pequeño, estaba en otra habitación, emocionado por la fiesta.
—Así que vas a hablar con él —dijo, tratando de sonar casual.
Isabella suspiró profundamente, sintiendo un nudo en el estómago. La presión en su pecho aumentaba cada vez que pensaba en enfrentar a Sebastián. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones contradictorias: amor, dolor, y una pizca de esperanza.
—No tengo otra opción —respondió—. Nuestras empresas están ligadas, y si es un poco inteligente, aceptará rescindir y separarlas.
Lucy observó a su amiga con preocupación. Conocía a Isabela lo suficiente para saber que toda esta situación la afectaba más de lo que dejaba ver. Se acercó y la tomó de los hombros.
—Isabella… ¿Por qué no intentas darle una oportunidad? —sugirió.
Isabella la miró atónita y le tocó la frente.
—¿Estás