-Sientate- pidió Seth amablemente a Keerd señalándole una de las sillas junto a la mesa.
-Estoy bien de pie- respondió el moreno.
-Keerd, siéntate-
De mala gana, éste retiró una de las sillas y tomó asiento. Mirándole con detenimiento, Seth se cruzó de brazos.
-¿Cómo va el tema del apareamiento?- indagó.
-Excepto por lo que casi ocurre ésta mañana…bien- contestó Keerd.
-¿Nada más?- preguntó Seth entornando los ojos.
Keerd, con cara de consecuencias, le miró fijamente. Tragando saliva, respondió:
-Él…él lleva dos noches siendo quien me…domine-
-¿Qué?- se extrañó Seth.
-¡El maldito de mi…lobo gusta de verlo controlar la situación!- exclamó enervado, Keerd. Una sonrisa apenas perceptible