Capítulo 63. Dulce Venganza.
Ximena entró en la oficina de Félix y se sentó en la silla frente al escritorio mientras su esposo escribía en la computadora.
—¿Ya terminaste tu reunión de mujeres?—, preguntó Félix sin dejar de ver la pantalla del monitor.
—Si. Solo hablamos cosas de chicas. Ya sabes—, dijo Ximena.
—Muy bien—, respondió Félix sin siquiera imaginar lo que Ximena acababa de hacer.
—¿Y tú? ¿Ya tuviste tu reunión con los ejecutivos extranjeros?
Félix hizo silencio un momento. Estaba muy concentrado en los datos que estaba viendo en la pantalla.
—No. No. Decidí cancelarla a último momento. Ahora estoy bajo mucha presión—, confesó.
Félix se levantó y tomó todos los papeles que su impresora había procesado y los arregló en una carpeta.
—Necesito ir a aclarar unas cuentas con el jefe de compra y venta. ¿Puedes quedarte a cargo de la oficina un momento?—, preguntó Félix muy calmado.
Ximena asintió con la cabeza. No entendía por qué Félix la trataba de ese modo, pero por alguna extraña razón le gusta