Capítulo 35. Marsella
Ximena se iba a la cama luego de disfrutar una cena exquisita después de mucho tiempo.
—Puedes dormir aquí—, dijo Gertrudis abriendo la puerta de una habitación perfectamente ordenada.
—Es perfecta. Gracias—, dijo Ximena entrando.
—Nunca perdí las esperanzas en ti, Ximena. Yo sabía que lograrías escapar de la mansión Lancer. Pero igual fue una gran sorpresa verte en mi puerta esta madrugada.
—También me alegra haber escapado, pero no puedo dejar de pensar en que Félix no tardará en reemplazarme, y entonces otra chica estará sufriendo el infierno que yo sufrí—, dijo Ximena cabizbaja.
—No pienses en eso. Agradece porque fuiste la única afortunada que tuvo la suerte de salir de esa mansión—, Gertrudis tomó la mejilla de Ximena y la hizo levantar el rostro.
—Te voy a extrañar muchísimo—, exclamó Ximena.
—Aún no te despidas, Ximena. Todavía no nos vamos a separar. Mañana te voy a acompañar hasta la casa de esa persona que te va a ayudar, y te diré qué...
—¿Qué?
—Te compraré algo mu