Capítulo 162. Verdadero demente.
Fernando abría los ojos y veía el cielo nocturno de la ciudad eterna.
No sabía cuánto tiempo había pasado dormido y tampoco sabía en qué lugar de la ciudad se encontraba.
Sólo sabía que era una zanja de desagüe y que su camioneta no estaba por ningún lado. Alguien le había robado su vehículo, su teléfono, y la billetera.
Pero, sin duda lo peor de todo era ese horrible dolor de cabeza y sabor agrio en su boca hasta la garganta.
—Debo regresar a la mansión Lancer—, se dijo a sí mismo después de estrujar su rostro con la mano.
Desde la distancia vió un taxi que se acercaba lentamente por la carretera y se lanzó frente a él para detenerlo.
El conductor tuvo que frenar de golpe para evitar arrollarlo y hacerle daño.
—¡Oye! ¿Qué te pasa? ¿Te volviste completamente loco?—, reclamó el conductor al salir del taxi.
Pero, ese hombre de inmediato cambió la expresión de su rostro y su mueca de rabia se convirtió en una sonrisa.
—Hey... yo te conozco—, dijo el conductor.
—Necesito tu ayuda, am