Capítulo 100. ¿Qué acabas de decir?.
Ximena entró en el despacho privado de Félix aprovechando que ya tenía más de dos horas que había salido de la mansión rumbo a su reunión política y tomó una botella de vino.
Luego fue hasta su habitación y se encerró ahí cerrando la puerta con fuerza mientras que Ramiro se quedaba en el pasillo con su pose de escolta firme custodiando la entrada.
—¡Félix es un verdadero idiota!—, exclamó con rabia en la soledad de su habitación.
Se sentó en el piso de su habitación y descorchó la botella para comenzar a beber. Usó una copa para servir solo un poco y probó el primer sorbo de vino, pero por alguna razón no lo disfrutó como lo esperaba.
Así que lanzó la copa y la hizo añicos contra la pared debido a la frustración que sentía en ese momento.
El ruido fue repentino e hizo que Ramiro entrara en alerta. No era común escuchar que hubiera vidrio rompiéndose dentro de una habitación. Lo primero que pensó es que alguien podría estar entrando por la ventana, o peor, que Ximena estuviera trat