- Perdón la insistencia, pero sería mejor que nos vayamos ahora mismo. Ya anocheció y descubrimos suficiente - Propuse. Pero ninguno se veía convencido.
De pronto, quedamos estupefactos al escuchar el sonido de un coche entrando a la casa.
- ¡No puede ser! - Gritó Erick sujetando su cabeza.
- ¡Debe ser una broma! - Dijo Daniela mirando a todos lados desorientada.- ¿No era que se iba por todo el fin de semana esa mujer? - Les recrimo mientras intento pensar en cómo escapar de ahí.-¡Escuchen! ¡Tenemos pocos minutos! Salgamos por la puerta trasera y nos escondamos detrás de ese depósito - Ordenó Erick, y los tres nos echamos a correr hasta aquella puerta.La abrimos intentando hacer el menor ruido posible, y una vez afuera, una vez que nos aseguramos no ser vistos, corrimos despavoridos hasta la parte trasera del depósito.
Olvidamos el detalle del temible perro. A penas detectó los sospechosos movimientos, comenzó a ladrar