Capítulo 5 - ¡Que pesadilla!

{Casa girasoles}

Esa noche Zoe nuevamente soñó con él, bajo una luz blanca que emanaba de su pecho, se encontró siendo acariciada por sus manos, sintió como la besaba tan suave, cálida y profundamente, percibió su cuerpo sobre el suyo mientras ella jadeaba y se aferraba a su cintura. De pronto se miraron fijamente, después de tanto tiempo ella podía ver el rostro de aquel hombre, y era igual a aquella bestia que la protegió... Más sucio, mas rudo y más salvaje, pero con esos mismos ojos negros penetrantes que parecía que podían leer a través de ella.

<<Es tan perfecto, tan fuerte y poderoso, me encanta la sensación de estar junto a él... no quisiera alejarme de sus brazos nunca más. Solo deseo que me toque, que me bese, que haga todo lo que quiera con mi cuerpo…>>

En un instante, ese sueño tan maravilloso comenzó a tornarse lúgubre y oscuro mientras el desaparecía lentamente bajo su mirada, y en cambio comenzaban a aparecer rostros de personas que ella no conocía bajo una espesa niebla.

<<¿Que está pasando aquí?, ¿Dónde está mi malandro de ojos negros?, y más importante ¿Quiénes son todos ustedes?, ¿Que quieren de mí?>>

De pronto a través de la niebla que cubría el lugar, una anciana de cabello largo y blanco con ojos grises y un bastón que la ayudaba a caminar, se dirigió a ella, la miro de una manera tan profunda y exclamo:

- ¡La princesa perdida ha regresado, es momento de que asuma su lugar en el trono al lado del rey Lucian, ¡búsquenla y sométanla!

<<¿Qué?, ¿De qué está hablando esta anciana?, ¿Cual princesa?, ¿Qué tiene que ver eso conmigo?>>

Cientos de rostros con ojos rojos, colmillos y miradas penetrantes la rodearon y trataron de sujetarla mientras ella gritaba con desesperación que la dejaran en paz, necesitaba explicarse que no sabía de lo que estaban hablando, que no tenía idea de quienes era y que no quería que la tocaran.

Justo cuando todos estaban encima de ella y comenzaba a ver todo oscuro de la desesperación... Zoe despertó en su cama, con su pijama de conejos sudando y con una respiración acelerada.

<<Fue solo un sueño, eso es lo que paso, un sueño muy raro, todo está bien, todo está bien, todo está bien.>>

A pesar de creer que solo había sido un sueño, no podía quitarse la sensación de desesperación de su pecho.

De pronto Zoe miro a la puerta de la habitación y se dio cuenta que estaba abierta. Bajando la mirada encontró al pequeño Sombra en la entrada el cual tenia una cara de preocupación. En ese instante volteo y miro al celular que tenía en su buró, el cual marcaba las 4 am.

- Sombra, ¿qué haces aquí?, que extraño, no recuerdo haber dejado la puerta abierta. Mmm, bueno creo que hoy podemos dormir juntos en la cama, necesito un guardaespaldas que me defienda de los monstruos. Vamos, sube pequeño.

El pequeño Sombra no lo dudo y subió a la cama con Zoe mientras ella lo abrazaba fuertemente.

- Vamos, descansemos otro poco antes de comenzar el día. Mañana es sábado así que podremos salir a pasear toda la mañana.

El resto de la noche transcurrió en aparente tranquilidad y por la mañana Zoe no paraba de repetirse que en efecto, fue solo un sueño. Ya todo estaba bien.

Después de darse una ducha, arreglarse y desayunar, saco al pequeño Sombra al parque. Mientras estaba bajo los rayos del sol y miraba a los niños jugar y a su pequeño correr por la pelota, sus miedos comenzaban a disiparse cada vez más.

Zoe escucho que su teléfono comenzaba a sonar, así que decidió sentarse en el pasto a tomar la llamada. Al revisar el número se dio cuenta que era su amiga Claudia.

- Clau hola, ¿qué pasa?

- Zoe no me acordaba, por favor, tienes que acompañarme, esta noche es el cumpleaños de mi primo Francisco y sus amigos le van a organizar una fiesta. No quiero ir sola y tú te llevas bien con el.

- No recordaba que ya fuera su cumpleaños, si tengo libre la tarde.

- Excelente, necesito que me acompañes a comprar su regalo.

- Jajajaja si ya me lo imaginaba. Bueno, justo estoy en el parque con el pequeño Sombra, si quieres nos vemos en el centro comercial Punta Plateada para comprarle un regalo y yo aprovecho para revisar algunas cosas que necesito en casa.

- Bien, sirve que buscamos un vestido para ti...

- Ya sabes que no soy de vestido, no insistas.

- No me importa, no te escucho, se está cortando... Nos vemos ahí en 10 minutos.

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{Punta plateada}

Zoe ya se encontraba con Sombra caminando por los grandes almacenes cuando llego Claudia.

- Estuve pensando en el regalo perfecto para comprarle a mi primo, pero no se me ocurre algo interesante - Claudia se mordía el labio mientras fruncía las cejas buscando algo que la convenciera.

- Justo acabamos de pasar por una tienda de relojes inteligentes, creo que ese es un regalo increíble, no recuerdo que tu primo tenga uno parecido y acaba de llegar el nuevo modelo.

- Excelente, creo que eso puede funcionar.

Después de comprar el regalo y algunos objetos más, las chicas se dirigieron a una tienda de ropa.

- Zoe necesitas un vestido, vamos.

- No, de verdad no soy de vestidos, mi estilo es más informal.

- No insistas, te pondrás un vestido sí o sí. Por favor, hazlo por mí y por mi primo, su fiesta no es tan casual

- Mmm está bien, solo por tu primo, un vestido sencillo.

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{Mansión Medianoche}

Mientras tanto del otro lado de la ciudad Noé le recordaba a Julián que tenían que acudir al cumpleaños de su amigo. Aunque éste se negaba a asistir, sabia lo importante que era para ellos el tener una buena relación con Francisco, después de todo era el hombre que administraba sus negocios y mantenía su identidad en secreto...

Hace unos años, después de una pelea donde Noé se encontraba muy mal herido, Julián busco refugio por todas partes y de casualidad encontró a un joven que fue tan valiente para permitirles pasar la noche en su pequeño apartamento. Los cuido y no hizo muchas preguntas, por lo que consideraron que el seria la persona ideal para mantener sus secretos ocultos. Después de eso se hicieron cercanos y optaron por pagarle una considerable suma de dinero como mensualidad para que los ayudara a mantener sus asuntos con los humanos seguros, dándole total libertad de invertir su dinero, administrar propiedades, cuidar de sus intereses y encargarse de dirigir a sus fuerzas cuando no estaban cerca.

El muchacho estaba más que encantando de encargarse de todo, ya que si bien lo tenían bastante ocupado a menudo, el dinero que le proporcionaban le daba una vida demasiado cómoda en comparación con su familia y la gente que conocía, ya que tenía un asistente personal, chofer, una casa en una zona residencial y un control total de negocios y propiedades. Era custodiado a menudo por guardaespaldas, además sabia secretos que ningún humano se atrevía a imaginar.

- De acuerdo, solo iremos por un par de horas. Llévale un regalo, una reliquia familiar podría funcionar.

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