La incredulidad cubrió el rostro de Luc y por breves segundos, se preguntó si Nammi estaba delirando.
— ¿De qué hablas? — indago entre sorprendido e incrédulo y Nammi se dijo que, si Luc no le creía, ella buscaría la forma de demostrar lo que pensaba.
— Luc, yo estaba en el jardín con León, entonces Máximo llego a decirle a León que Mimi lo buscaba para su té, luego de un momento me largue del jardín e ingreso por la cocina, buscaba en que entretener mi mente, y entonces, de pronto mis ojos vieron un resto de polvo blanco en la isla, al lado de la tetera que siempre usa Mimi, mi curiosidad y el tratar de pensar en otra cosa que no fuera Máximo me llevaron…
— ¿Qué? — la pregunta salió fuerte, mordaz, molesta y Nami se dijo que ya no había tiempo para grises, o era blanco o era negro, por lo que dejando salir un suspiro pesado solo lo dijo.
— Máximo me coqueteo, de una forma descarada y un poco… asquerosa. — respondió la verdad y de pronto Luc estaba tan rojo como León.
— ¿Qué te dijo?