Esta vez no sentí odio por Hades, mientras me envolvía en sus brazos, a nuestro alrededor la niebla negra nos cubría y todo a nuestro alrededor se iba.
O más bien nos estábamos desvaneciendo.Todo se oscureció, solo sentí los brazos de Hades a mi alrededor confirmando que no estaba solo, así que mis pies tocaron nuevamente esa superficie arenosa.Todo a mi alrededor se formó en mis ojos, estábamos a la orilla del río estige."Vamos al carruaje", sugirió Hades y me aparté de él.
El carruaje estaba en el mismo lugar que antes, pero los caballos no me parecían tan atemorizantes ahora.
Entré, acomodándome junto a la ventana, Hades se sentó a mi lado, permanecimos en silencio en el camino.- No has descubierto la utilidad de este anillo, ¿verdad? - cuestionó Hades cuando llegamos a la gran sala del castillo.
- Pensé que era solo una joya.- respondí.
- Una joya del inframundo, más específicamente desde mis puertas, y sé que te diste cuenta.- Hades