El hombre al mando se detuvo un momento, luego escupió al suelo con desprecio y dijo:
—Vamos, hombres, no tengan miedo. Esta mujer solo está aparentando. Mañana la atraparemos y la haremos sufrir.
—¡Sí, jefe!
—Sí, ¿de qué tenemos miedo si somos tantos?
—Pero esta mujer sí sabe hacerse la dura. Hagá