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—¡Señor Carter, hemos llegado!

El Mercedes negro se detuvo frente al edificio Carter y el chofer se giró con respeto.

Dominic bajó la mirada hacia Christian, que dormía plácidamente en sus brazos.

Tenía asuntos urgentes que atender en la empresa, por lo que había pedido al chofer que lo llevara allí primero.

Al ver esto, Bianca extendió los brazos para cargarlo, pero alcanzó a escuchar al pequeño murmurar entre sueños:

—Mami…

La mano de Bianca se congeló de inmediato, sintiendo cómo la temperatura dentro del auto descendía varios grados.

Con cierta aprensión, insistió en acercarse, pero el niño, aferrado al cuello de su hermano, se acurrucó aún más, balbuceando con ternura:

—Mami, no me dejes…

Bianca ya no se atrevió a moverse.

Dominic frunció el ceño.

Al parecer, aquella mujer ya le había revelado su identidad a Chris; de lo contrario, él no la mencionaría una y otra vez incluso en sueños.

Esa mujer era realmente despreciable. Pero… si de verdad podía ayudar a Chris con su autismo, t
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