“Ya te estoy aceptando con los hijos de otro hombre, ¿no puedes por lo menos mantenerme contento?”
El recuerdo de las palabras de Nicolás, le hizo entender a Jade que su ausencia en toda esa semana, no era un motivo de sorpresa.
Ciertamente, Nicolás no sabía cómo volver luego de haberse comportado de semejante manera.
¿Pero estaba dispuesta a aceptar cualquier disculpa?
La chica suspiró sin saber con exactitud qué hacer; lo único cierto en todo esto era que aquella relación era demasiado frágil.
De repente, una empleada del servicio tocó a la puerta de su habitación, informándole de que Nicolás acababa de hacer su aparición en la mansión de su familia.
Se mordió el labio inferior, mientras pensaba en qué decir, pero terminó reconociendo que lo mejor era no seguir retrasando lo inevitable. Ambos debían de hablar, la comunicación era importante en una relación y, realmente, quería que las cosas funcionaran entre los dos. Después de todo, no se veía criando a tres niños sola.
—Bajo en un