Al ver la notificación, ambos fruncieron el ceño con seriedad.
Alejandro, notando su reacción, les preguntó:
—¿Qué están viendo?
Nicolás, sin responder a Alejandro, le dijo a Leo:
—Leo, reconstruye el firewall de inmediato. Yo iré rápido a la habitación de mamá.
—¡Entendido!—respondió Leo sin levantar la vista de su teléfono.
Nicolás, guardando su teléfono, miró a Alejandro y dijo apresuradamente:
—Papá, dame la tarjeta de la habitación. Necesito que alguien saque el teléfono de mamá de aquí. Además, diles a tus hombres que empaquen nuestras cosas y nos vayamos. ¡No olvides avisar a los padrinos!
Viendo la urgencia en los ojos del pequeño, Alejandro le entregó la tarjeta sin hacer más preguntas.
Nicolás salió corriendo hacia la posada como un rayo.
Alejandro regresó a la posada con Leo, quien tecleaba rápidamente en su teléfono.
Cuando Leo terminó, Alejandro preguntó:
—¿Qué ha pasado?
En ese momento, sonó el teléfono de Alejandro.
Al contestar, escuchó la voz de Dolores:
—Señor Al