Giana habló, recordando la escena de ayer, sus ojos no pudieron evitar enrojecerse otra vez.
—Lo siento Giana, te hice preocupar.
—Cuando te vi inconsciente realmente me asusté, así que lloré un poco exageradamente, luego Daniel dijo que mi llanto era de mal agüero y le pidió a su asistente que me sacara. Realmente fue demasiado.
Giana habló con algo de vergüenza, pero al final su tono mostraba claramente cierto resentimiento.
Pero Estrella no había visto la escena de Giana llorando aferrada a su cama de hospital, cualquiera que no supiera pensaría que la persona en la cama había muerto.
Los labios de Estrella se curvaron ligeramente, sus ojos parpadearon dos veces.
Otra vez el tío la había ayudado. Los favores que le debía al tío realmente se estaban acumulando.
Se humedeció ligeramente los labios y preguntó:
—Giana, ¿cómo supo el tío dónde estaba?
Giana acercó la silla:
—Mientras estabas inconsciente ya le pregunté todo al asistente de Daniel. Escuché que dijo que anteayer por la noc