Su expresión cambió ligeramente y contestó la llamada.
—Hola, mamá.
—Estrella, hoy es el cumpleaños de tu hermano, ven a casa a cenar juntos.
—Mamá, estoy muy ocupada últimamente. Ya le compré un regalo a Lucas y lo mandé a casa. Cuando termine con el trabajo en unos días, regresaré.
—Estrella, tú—
Un ruido en el teléfono interrumpió la voz de Carolina. Unos segundos después, se escuchó la voz cortante y molesta de Joaquín.
—Hoy es el vigésimo cumpleaños de Lucas, esta noche ven con Juan.
Estrella frunció el ceño:
—La empresa está ocupada, él no tiene tiempo.
—No busques excusas —Joaquín refutó directamente sus palabras—. Si no aceptas, ahora mismo le llamaré a Juan para ver si realmente está ocupado o si tú no quieres venir. Te has acostumbrado a andar suelta por ahí, crees que ya tienes las alas fuertes, ¡hasta ya no vienes a casa!
Estrella escuchó el sarcasmo y las amenazas finales de Joaquín, apretó fuertemente el teléfono en su mano.
Bajó la cabeza, respiró profundamente, forzándo