Rosaura.
Atravesamos la multitud, llegando a la estancia, el tipo de seguridad me miró de reojo cuando le entregué la entrada medio rota, yo tan sólo me encogí de hombros. Mamá estaba entusiasmada, se hizo fotos a diestro y siniestro con algunos jugadores, consiguiendo una camiseta firmada por uno de ellos, incluso consiguió que uno le firmase una teta, mientras papá rompía a reír, ante aquella imagen, le hacía mucha gracia.
Yo evité su mirada todo el tiempo. Me fijé en que al mismo tiempo que firmaba autógrafos y se hacía fotografías con los fans, sonreía cada vez que veía a mi familia disfrutar.
Tragué saliva en cuanto estuve frente a él, estaba incluso más guapo que de costumbre, la ropa de la equipación y el sudor le daban ese aire seductor que tanto