Noah:
El maldito entrenador personal era un tío legal. ¡Joder! Me caía de punta madre, aunque él era siempre muy correcto y mantenía las distancias.
Su nombre era Pablo, había estudiado en Estados Unidos y trabajado durante tres años en Australia. Parecía que dominaba bien el deporte, los entrenamientos y las dietas. Me aseguró que antes de dedicarse al deporte profesionalmente era dietista.
Era un tío inteligente, se le notaba que había estudiado.