Debido a que Luna siempre ha disfrutado de jugar a elegir entre dos opciones, en esos dos años he pasado por muchas situaciones en las que he sido puesta a elegir entre dos cosas.
Siempre deseaba con todas mis fuerzas que David me eligiera. Aunque sabía muy bien que no lo haría, no podía evitar querer que me escogiera. Sin embargo, cada vez, terminaba matando mi ilusión. Esta vez, no sé por qué, cuando David otra vez tuvo que elegir, ya no quería que me escogiera a mí.
Mientras miraba alrededor una y otra vez, aunque ya había decidido que prefería morir antes que ser violada, no podía rendirme y morir tan fácilmente. Por eso, aunque estaba al límite y escuché sus pasos cerca, no dejé de buscar una oportunidad para sobrevivir.
Esa perseverancia me llevó, al final, a encontrar una salida.
Un pequeño agujero detrás de dos árboles grandes, tan pequeño que casi no se veía, y cubierto por hierba seca que lo tapaba, haciéndolo difícil de encontrar. Es decir, incluso si alguien se escond