Too Sweet for Me.
Too Sweet for Me.
Por: Ross Sandoval.
Prólogo.

Las palabras no salían de mis labios, verla parada frente a mí era como un sueño, un sueño que estaba viviendo.

Ha pasado un año, solo un año desde que nos separamos. Ahora estaba aquí, frente a mí luciendo como siempre. Hermosa.

—Hola Dom —dijo, su voz era como música para mis oídos.

—Amelie —susurré impaciente, quería correr a sus brazos pero temía poder asustarla o lastimarla.

—Ha pasado un año —sonrió de manera forzada— ¿cómo te ha tratado la vida?

—¿Esto te dice algo? —señalé mi cabello.

—Veo que dejaste de ocultar tus canas —rió bajo—, me sorprende viniendo de ti, un hombre que se cuida mucho.

—Una vez me dijiste que te gustaban mis canas —dije, un poco ansioso—, no quería seguir ocultándolas, no si no estabas.

—¿Esa era tu manera de recordarme?

—Si Amelie, era para poder conservarte conmigo.

—Eso es dulce —se acercó a mi, alterando mis nervios—, te extrañé Dominic.

—Y yo —estaba un poco agitado, había olvidado lo nervioso que ella me pone—, aquí estas pequeña ruidosa.

—¡Oh! Ese apodo tan significativo —hizo una mueca—. Ya no sé si sea tan ruidosa como antes.

—Lo dudo, esta casa es demasiado solitaria sin ti...

—Se siente —miró toda la sala—, es extraño volver, pero reconfortante Dom.

—Lo es —susurré.

—¿No piensas abrazarme Dominic?

No dude un solo segundo en ir hacia ella para abrazarla, en todo este tiempo no he llorado, no he querido mostrar mis emociones, pero al tenerla aquí frente a mi, aspirar el aroma de su piel, sentir como su corazón está latiendo desbocado, sus manos acariciando mi espalda, no pude evitarlo, solté todo lo que he tenido guardado durante todo este año.

Incluso la toque para verificar que fuese real y si lo era, ella estaba aquí conmigo.

—A-Amelie —me separe del abrazo, ella estaba limpiando mi rostro, el suyo estaba cubierto de lágrimas también—, ¿D-Donde estabas mi amor? —solté un fuerte sollozo.

—Cálmate por favor..

—¿Cómo me pides que me calme? —jadee.

—Dominic, estas palido... Siéntate —Amelie me ayudó a sentarme, yo no podía dejar de mirarla, es distinta, pero se que es ella, que es mi Melie— ¿quieres agua?

—No —negué—, lo que necesito es que me respondas muchas preguntas, porque tengo muchas.. Amelie, no sabes cuanto te he buscado —suspire—, yo..

—Lo sé Dominic, me he topado con algunos carteles por la ciudad... Yo, voy a responderte las preguntas.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo?

—Estuve fuera de la ciudad, vengo de la casa de mis padres.

—¿Qué? —fruncí el ceño— P-Pero..

—Mis padres están muertos —dijo ella en murmullo—, tuvieron un accidente hace seis meses, justo después de salir del centro de rehabilitación.

—No lo puedo creer Amelie..

—Si, se habían mudado de estado, al parecer querían sacarme del centro de rehabilitación pero en el camino fallecieron, lo supe cuando salí, desde entonces he estado en su casa nueva en Boston.

—¿Boston? Amelie ¿Por que..?

—¿Por qué no vine? Porque había estado lidiando con cosas demasiado fuertes Dominic, no estaba lista para regresar... —ella estaba llorando— Enterré a mis padres, pase por un momento de debilidad y.. —ella titubeó— No se si lo supiste pero..

—Estabas embarazada..

—Lo estaba —dijo con tristeza—, perdí a nuestro bebe Dominic.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP